¿CÓMO MANTENER LA CONCENTRACIÓN EN LAS CLASES UNIVERSITARIAS?
¿Puedes perderte en una novela durante horas? ¿Y ver una película sin mirar el móvil? Para muchos de nosotros, mantener la concentración es un reto. Si le cuesta, no es el único. Hay todo tipo de factores que socavan nuestra capacidad de concentración, desde el auge de la tecnología personal y las redes sociales hasta la presión social para estar siempre «conectados» y disponibles.
Recientemente ha sido un periodo especialmente difícil, con dos años de diversos grados de aislamiento social, incertidumbre y estrés. No es de extrañar, por tanto, que muchos afirmen sentirse abrumados e incapaces de concentrarse. Incluso hay un nombre para ello: cerebro pandémico. Pero la buena noticia es que puedes cambiar tu cerebro y volver a aprender a concentrarte.
En esta entrada del blog veremos qué significa realmente concentrarse y entenderemos por qué a menudo nos distraemos en clase. Para terminar, veremos algunas estrategias y cambios de estilo de vida que puedes hacer para mejorar tu concentración.
¿Qué es exactamente la concentración?
La concentración es tu capacidad para concentrar tu interés en algo concreto. En este caso, la clase de la universidad. Puedes percibir de forma innata cuándo estás concentrado; estás totalmente comprometido, prestando atención y el mundo más allá de aquello en lo que estás concentrado parece retroceder.
¿Por qué no puedo concentrarme en clase?
Aunque la mayoría de nosotros somos capaces de concentrarnos, lo normal es que perdamos la concentración o nos distraigamos en clase. Por desgracia, tiene dos consecuencias negativas. En primer lugar, puedes perderte información importante durante el tiempo que estés distraído. Además, los estudios han demostrado que se tarda mucho tiempo en volver a concentrarse una vez que se ha perdido la concentración. Un estudio, en el que los investigadores siguieron de cerca a los empleados, descubrió que después de una interrupción tardaban una media de 23 minutos y 15 segundos en volver a la tarea.
Pero ¿por qué nos distraemos exactamente? Muchos pensamos que podemos hacer dos cosas a la vez, lo que se conoce como multitarea. Y aunque técnicamente puedes «hacer» dos tareas a la vez, no puedes concentrarte en ambas. Puedes intentar escuchar la clase y desplazarte por el teléfono, pero en última instancia, o estás centrado en tu feed de Instagram o en tu profesor.
A pesar de que lo sabemos, y de que tenemos muchos ejemplos vividos del fracaso de esta estrategia, seguimos intentando que funcione. Por desgracia, está condenada al fracaso. Así que es hora de abandonar la multitarea y aprender nuevas estrategias para mantener la concentración.
En esta sección veremos algunas estrategias que puedes poner en práctica en el momento durante la clase para ayudarte a concentrarte, así como algunos cambios más generales en tu estilo de vida que favorecerán tu capacidad de concentración.
Consejos para mantener la concentración en clase
1. Deshacerse de las distracciones
Teniendo en cuenta lo que sabemos sobre la multitarea, no hace falta decir que hay que eliminar todas las distracciones. Para saber qué es una distracción, préstate atención cuando te des cuenta de que te has quedado dormido y fíjate en lo que estás haciendo. ¿Estás mirando el móvil? ¿Miras por la ventana? ¿Chateas con un amigo? Sea lo que sea, elimina la posibilidad de distraerte. Eso podría significar apagar el teléfono, sentarte en la parte delantera de la clase o sentarte sólo al lado de tus amigos más serios.
2. Participar en clase
Cuando proceda, involúcrese. En lugar de sentarte pasivamente y dejar que la clase te invada, esfuérzate por participar en los debates y hacer preguntas. Aunque no digas mucho, el mero hecho de tener el objetivo de hablar te hará prestar más atención a lo que dice tu profesor.
3. Toma apuntes
Tomar notas es otra forma de pasar de ser un oyente pasivo a un participante activo. Tomar notas te obliga a prestar atención a lo que se dice, procesarlo y condensarlo. Esto no sólo le mantendrá concentrado, sino que también le ayudará a recordar lo que se está diciendo.
4. Comer y beber antes de ir a clase
Parece muy sencillo, pero hacer las cosas bien antes de ir a clase puede suponer una gran diferencia en tu capacidad de concentración. Lo ideal es estar bien hidratado y nutrido antes de ir a clase. Intenta llevar en el bolso una botella de agua y tentempiés sencillos y tranquilos, como un plátano, para situaciones de emergencia. Si te parece demasiado sencillo, indaga en las investigaciones sobre la relación entre atender nuestras necesidades básicas y la función cognitiva. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que los jueces son más indulgentes con los delincuentes después de su pausa para comer.
5. Duerme lo suficiente
Una mala noche es suficiente para alterar tu capacidad de concentración, así que, si tienes problemas para concentrarte, prioriza el sueño. Las pantallas, como las de los ordenadores portátiles y los smartphones, emiten luz azul que interfiere en la capacidad natural del cuerpo para relajarse antes de acostarse. Teniendo en cuenta que el 91% de las personas en edad universitaria utilizan sus dispositivos antes de acostarse, éste es un punto de partida sencillo. Si no puedes evitar la tecnología antes de acostarte, prueba a ponerte gafas que bloqueen la luz azul o coloca filtros que bloqueen la luz azul en las pantallas.
6. Ejercicio entre clases
El ejercicio está estrechamente relacionado con una mayor capacidad de atención. Según un artículo publicado en Harvard’s Health Blog: El ejercicio ayuda a la memoria y al pensamiento por medios directos e indirectos. Los beneficios del ejercicio provienen directamente de su capacidad para reducir la resistencia a la insulina, reducir la inflamación y estimular la liberación de factores de crecimiento: sustancias químicas en el cerebro que afectan a la salud de las células cerebrales, al crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro e incluso a la abundancia y supervivencia de nuevas células cerebrales.
También puede ser especialmente útil para interrumpir largas jornadas de conferencias. Un estudio realizado con escolares demostró que interrumpir las clases con 20 minutos de ejercicio aeróbico mejoraba notablemente su capacidad de atención. La próxima vez que tengas unos minutos entre clase y clase, cambia la cafetería por un paseo a paso ligero y recoge los frutos.
7. Encuentra tu motivación
Si tienes dificultades para prestar atención en una clase en particular, merece la pena que analices las razones por las que estás allí. Una vez que tengas claro el «por qué», estarás más motivado para prestar atención en clase.
LATAM